Ser adulto no implica estar seguro de sí mismo. Al contrario, durante la adultez suelen agudizarse los problemas vinculados a la baja autoestima.
“Muchos adultos tienen baja autoestima. Es algo que se ve a diario en las consultas”, cuenta Gabriela Cossi, jefa de la especialidad de Psicología de la Clínica Internacional.
La experta considera que las causas de una baja autoestima se encuentran en la niñez. “Todo empieza cuando el niño no es valorado. Muchos se sienten menos por razones intelectuales, físicas y hasta económicas”, señala.
Durante la adolescencia, hechos como una ruptura amorosa o tener pocos amigos –por citar solo dos situaciones– son bolas de nieve que se acumulan y afectan el bienestar. “Esta mirada distorsionada de uno mismo forja las actitudes hacia uno mismo y, también, hacia los demás”, sostiene Cossi.
INTERACCIÓN AFECTADA
En el ámbito laboral, por ejemplo, una persona con baja autoestima será poco productiva, no sabrá comunicar sus quejas y será objeto de maltratos.
En el campo amoroso, la inseguridad se convierte en el combustible de los celos. La persona cree que no es tan atractiva, inteligente o divertida como otras y, por lo tanto, puede ser abandonada.
“Si lo dejo, ¿quién me va a querer? se preguntan. Creen, erróneamente, que nadie podrá aceptarlas tal como son”, precisa la psicóloga. Por otro lado, un padre inseguro tiende a buscar que los hijos sean lo que ellos no fueron. “Es como si quisieran enmendar su propia vida”, dice.
MANOS A LA OBRA
Le presentamos algunas pautas para empezar a fortalecer la autoestima.
ACEPTACIÓN. Detecte sus virtudes y explótelas. Encuentre defectos y trate de mejorar. Siéntase como un ser en constante cambio, no un objeto estático. Usted es único.
EVITAR LA COMPARACIÓN. Para qué torturarse con los logros de los demás. Trace su propio camino, establezca sus plazos, consiga lo que busca según su ritmo.
VISIÓN POSITIVA. No se ponga trabas antes de hacer las cosas. Piense que todo es posible e intente lograr las metas cuantas veces sea necesario. Eso le enseñará a tolerar las frustraciones.
NO ESPERE APLAUSOS. No es sano construir la personalidad con tal de agradarles a los demás. Primero agrádese a usted mismo.