En el espíritu del título de su escrito se encuentra la razón de su agradecimiento. En otros países, o quizás en otras ciudades de nuestro mismo país, lo que hizo el licenciado Mayobanex De Jesús Laurens como funcionario público tenga categoría de “algo común”, algo que está dentro de sus funciones, pero en Barahona no es así.
Aunque no he tenido la honra de visitar al citado funcionario, ni siquiera he tenido el placer de saludarle luego de estar en las funciones que le han merecido el reconocimiento de la ciudadanía, no me causó asombro la demostración de su vocación de servicio, porque siempre ha sido así, un servidor en donde quiera que le ha tocado estar.
Las palabras de gratitud del doctor Vinicio López hacia Mayo me hicieron recordar la antípoda que representó una persona que siendo amiga entrañable de otra, las cosas de la política local la colocaron jerárquicamente por encima de su amiga, y un día la amiga la quiso tratar como antes, pero ésta la espetó diciendo: “mira Antonia (nombre ficticio) ubícate, respeta la distancia entre tú y yo”.
También recordé a una persona de esas que lucen apagadas y apacibles, pero que cuando fue nombrada en un cargo, no por méritos propios ni políticos, se transformó de una manera tal que más de uno dudó si era la misma persona que habían conocido antes de su nombramiento.
Y así hay infinidades de casos en nuestra amada Perla del Sur.
Y es que al barahonero parece subírsele “los humos a la cabeza” cuando lo nombran en un cargo o en un carguito.
Por eso es que, entiendo, el doctor Vinicio López felicitó a Mayo. El cargo parece no habérsele subido a la cabeza y recuerda que los servidores públicos son, precisamente eso, servidores.
