Autoridades de EE.UU detuvieron al estadounidense de origen paquistaní Farooque Ahmed, quien fue descubierto cuando buscaba cómplices.
Un estadounidense de origen paquistaní fue detenido en EE.UU acusado de querer atacar el metro de Washington con un plan desbaratado, al parecer, por agentes que se hicieron pasar por integristas de la red Al Qaeda, informó el Departamento de Justicia.
“En ningún momento la población estuvo en peligro”, aseguró la Casa Blanca luego de conocerse el arresto de Farooque Ahmed, un residente de Ashburn, localidad del estado de Virginia (este), a unos 50 km al oeste de Washington.
Según las autoridades, Ahmed tomó fotos de estaciones de metro de la capital estadounidense desde abril, con el objetivo de realizar ataques simultáneos con bombas. Pero no mencionaron eventuales cómplices del supuesto complot.
“Farooque Ahmed está acusado de planear ataques con bombas en nuestra red de transporte público con personas que pensó que eran terroristas”, dijo el encargado de seguridad nacional del Departamento de Justicia, David Kris, quien dejó entrever que esos supuestos cómplices eran agentes encubiertos.
El acusado estudió particularmente tres estaciones de Arlington, “para matar la mayor cantidad de gente posible en atentados simultáneos previstos para 2011”, aseguró el Departamento de Justicia.
En la Casa Blanca, el portavoz Robert Gibbs dijo que el presidente Barack Obama fue informado antes del arresto, y que tanto el Departamento de Justicia, como el FBI (policía federal) y las autoridades de Seguridad Nacional “manejaron el asunto desde el principio”.
Ahmed, nacido hace 34 años en Pakistán y naturalizado estadounidense, compareció el miércoles ante un juez de Virginia, donde fue inculpado por intentar dar apoyo material a una organización terrorista, recabar información con el fin de ayudar a planear atentados, y de tratar de cooperar con la ejecución de ataques. Si es encontrado culpable, podría ser condenado a un máximo de 50 años en prisión.
El metro de Washington, la segunda mayor red de transporte subterráneo después de la de Nueva York, cuenta con seis líneas, 86 estaciones y más de 160 km de vías. Entre semana, es utilizada por unos 750.000 pasajeros por día.