Personas desaprensivas y carentes de conocimientos sobre la importancia que tiene preservar el medio ambiente han venido sistemáticamente causando daños irreversibles a lo que es la cabecera y cause del río Biran, el río de nuestros amores que ha sido parte de nuestra historia y que nos identifica a nivel mundial.
Se tumban árboles en su cabecera, se lanza todo tipo de desperdicios a su cause, en fin cada minuto, hora y día, se hiere de muerte a ese río de Barahona, a ese río que en tiempos idos sirvió de transporte de traviesa y madera preciosa que se cortaban en las lomas cercanas y se lanzaban a su cause para ser colectadas en el muelle de la ciudad y desde ahí exportadas a islas vecinas.
Un medio de transporte que desapareció a causa del mal uso que se dio a esa fuente acuífera que hoy languidece con un cause lleno de suciedad y de invasión humana pues en toda su orilla hay viviendas cuyas letrinas desembocan en sus escasas aguas.
Hoy no conforme con ese daño, esas mismas manos criminales, tratan de tumbar árboles centenarios que existen en su cabecera y las autoridades no se dan por enteradas.
Cuando el río desaparezca por completo. Los culpables no serán, esos criminales, solamente, seremos todos los barahoneros, depredadores, autoridades y habitantes, unos por acción, unos por irresponsables y otros por indolentes, y cuando eso ocurra, todos seremos culpables. Seremos los asesinos de ese río y luego de eso si es que nos queda algo de conciencia nos dará vergüenza de decir a nuestros descendientes que en ese lecho lleno de polvo existió un río muy importante, pero que todos matamos.
Que sierva esta reflexión y llamado de alerta, porque aún hay tiempo para que nuestras autoridades tomen los correctivos de lugar y eviten que árboles centenarios de mango y otras especies sigan siendo sacrificadas en la cabecera del río BIRAN.
Alejandro Santana
El autor es periodista.
