PARIS .- Dicen que los casamientos y los funerales son escenarios propicios para escándalos, aunque, esta vez, la nota la dio un cura.
El sacerdote llegó retrasado y borracho al funeral que debía oficiar en la Iglesia de Saint-Jean de la pequeña localidad de Muret, al sur de Francia. Y, cómo si fuera poco, terminó golpeando a uno de los allegados de la difunta.
El párroco, que dio positivo en un test de alcoholemia, terminó detenido por los gendarmes y tendrá que responder ante la Justicia.
"Titubeaba y apenas podía hablar. Insistió en celebrar el oficio, pero nosotros nos opusimos", explicó un diario local uno de los allegados de la muerta.
Ante el balbuceo del sacerdote, los empleados de la funeraria intentaron interrumpir el sermón y le solicitaron al párroco que se disculpase ante los familiares.
Pero el religioso se negó, reaccionó violentamente y lanzó un golpe contra un amigo del hijo de la difunta, antes de que llegaran los gendarmes.
En un comunicado, el arzobispado declaró estar "consternado" por los hechos, y pide perdón a la familia y a la comunidad de Muret.
De: La nación.com.ar
