Según una denuncia, el fundador de una clínica que ha ayudado a cientos de personas a quitarse la vida almacenaba las urnas de sus pacientes hasta que tenía suficientes para llenar su automóvil. Luego las arrojaba al Lago de Zurich.
Las autoridades suizas están investigando un descubrimiento macabro: docenas de urnas con cenizas humanas enterradas en el lecho del Lago de Zurich.
El haber arrojado las urnas al lago es ilegal sin un permiso y el hecho está llamando la atención hacia los aspectos más lóbregos del suicidio asistido, el cual es permitido en Suiza pero está cada vez más bajo escrutinio público.
La policía no quiso decir si tiene evidencia directa que conecte las urnas con Dignitas, un grupo suizo que ha ayudado en años recientes a cientos de personas -incluidos estadounidenses, británicos, alemanes y franceses- a quitarse la vida. "Esa es una mera conjetura", indicó Wolfgang Bollack, vocero del departamento ambiental de Zurich.
Pero la revista estadounidense The Atlantic reportó el mes pasado en un artículo las inhumaciones realizadas por el fundador de Dignitas, Ludwig Minelli, quien señaló que almacena las urnas hasta que tiene suficientes para llenar su automóvil. Luego las arroja durante la noche en el Lago de Zurich desde un "sitio tranquilo entre casas con valor de muchos millones de dólares", publicó la revista.
Soraya Wernli, ex empleada de Dignitas, narró en el 2008 una historia similar de cuando trabajó en la organización. Dijo que la descarga de urnas en el lago era algo usual, y señaló que bajo el agua había cientos de ellas. Los intentos de contactar el miércoles a Wernli no tuvieron éxito.
La investigación policial inició la semana pasada después del descubrimiento accidental de urnas anaranjadas cubiertas de lodo por parte de un grupo de buzos que buscaban un techo corredizo que cayó de su embarcación cerca de la extravagantemente acaudalada "Costa Dorada" de Zurich.
Los buzos sacaron del agua 13 contenedores con cenizas, y llamaron a la policía de Zurich, la cual sacó más tarde otras 22 urnas en un esfuerzo de desalentar que turistas realicen buceo con tal finalidad. Se cree que aún hay más bajo el agua. "Estamos tratando de determinar cómo llegaron las urnas al lago", dijo Stefan Oberli, vocero de la Policía.
Oficialmente, la investigación sobre sospechosos "desconocidos" tiene que ver con inhumaciones ilegales en el lago y sobre el delito más grave de perturbar la santidad de los muertos. El segundo delito es castigado hasta con tres años de prisión, pero lo más probable es que dé como resultado una multa.