
Cientos de heridos y cerca de 100 muertos es el saldo que dejan los enfrentamientos entre opositores al Gobierno del país centroasiático y la Policía. La mayoría de los disturbios se presentaron en la ciudad de Bishkek y se caracterizaron por hechos violentos, dentro de los que se destacan varios vehículos incinerados.
Moscú - "El poder de la república lo controla la oposición. El presidente Kurmanbek Bakíev se encuentra quien sabe dónde", aseveró Rosa Otunbáyeva, ex canciller y ahora jefa del flamante gobierno de unidad nacional formado en Kirguizistán, donde una revuelta popular contra los aumentos de los servicios públicos y el autoritarismo del gobierno dejó un saldo de un centenar de muertos, más de 400 heridos, saqueos de edificios públicas y la huida en avión, con rumbo desconocido, del depuesto mandatario.
La nueva dignataria, quien ya protagonizó en 2005 la incruenta Revolución de los Tulipanes que derrocó al primer Jefe de estado del país, Askar Akáyev, aseguró que el premier Daniar Usénov "presentó su renuncia y la de todo el gabinete".
"Akáyev abandonó el poder sin un solo disparo -recordó-, mientras que Bakíev (lo reemplazó en el cargo) ordenó una violenta represión contra gente desarmada".
VIOLENCIA LETAL
Con acusaciones de corrupción, nepotismo, violaciones a los derechos humanos y permitir exorbitantes suba de tarifas, la oposición inició su plan de protestas en la occidental provincia de Talas, donde tomaron como rehén al gobernador local.
Pero la mayor movilización se realizó en la capital Biskek, que fue reprimida salvajemente por las fuerzas de seguridad, en enfrentamientos y disturbios que tuvieron su máxima virulencia cuando los agentes antimotines usaron gases lacrimógenos y balas de goma y de verdad para dispersar a la multitud, que quiso derribar con un camión las vallas que rodean la sede presidencial (dentro se hallaba el mandatario y sus ministros".
Aunque no logró ese propósito, la turba enardecida saqueó el Parlamento, tomó dos canales de televisión, incendió la Fiscalía General, ocupó la residencia del Jefe de Estado y molió a golpes al titular de la cartera de Interior, Moldomusa Kongatiyev.
RUSIA SE DESPEGA
El Kremlin "no tiene alguna relación con lo ocurrido en Kirguizistán", refutó el primer ministro Vladimir Putin las versiones que adjudican a Moscú el papel de instigador de la pueblada.
Esta pobre ex república soviética de Asia Central se erige en una zona estratégica, pues alberga en su montañoso territorio la base aérea norteamericana de Manas, utilizada para lanzar operaciones militares contra los talibanes afganos.