Está a punto de comenzar la fiesta más universal de cuantas conoce el deporte mundial. Es hora de poner las cartas sobre la mesa y de comenzar a mirar a los ojos del futuro y del riesgo. A priori hay muchas candidatas, pero nosotros apostaremos por dos.Nosotros apostamos por dos equipos que, fuera del campo, hablan el mismo idioma: Argentina y España.
ARGENTINA: EL SORTEO, MESSI Y SUS DELANTEROS
La selección de Diego Maradona ha sido víctima del personalismo insultante del que fuera el mejor jugador del mundo y quizás de la historia y por culpa de sus taras y ausencia de conocimientos tácticos, Argentina ha sufrido como nunca para llegar al Mundial. Pero llegó y a partir de ahora, habrá que aguantarla y mucho.
¿Por qué? Porque tiene una fase de grupo sencilla y unos cruces que le permitirán, sin descalabro mediante, llegar a cuartos de final con soltura, sin tarjetas ni lesiones y con apenas desgaste. Los bicampeones irán, por tanto, de menor a mayor, y con confianza y ese escudo, no aconsejo a nadie que los enfrente.
Los de Maradona tienen al As de Ases en su equipo. Jugar con Lionel Messi es tener uno más si la pelota le llega redonda en los últimos metros. La ausencia de Riquelme jugaba en su contra, pero Pastore ha sido descubierto por el técnico y, si juega, puede que Argentina funcione en vertical y ahí mate.
Porque arriba, quién duda de ello, tiene un nueve impresionante -al que Maradona descubrió después de a Palermo-, Diego Milito, pero también a Carlos Tévez, Gonzalo Higuaín y Sergio Agüero a la expectativa. Talento puro en vanguardia. ¿Pondrá Maradona de una vez por todas a Milito de titular? Su suerte puede depender de esta crucial decisión.
¿Dudas? Las de siempre. Empezando por Maradona y su autodestructiva ambición de arruinar todo lo que funciona, una defensa con dos flanes como Heinze y Demichelis y un Verón que en plenitud llevó a la selección al desastre en 2002 y que ahora, no sabemos por qué razones metafísicas, es el líder del equipo. Bolatti puede jugar en su sitio, pero debería ser Pastore, sin duda alguna y con Mascherano de volante tapón. Burdisso y Samuel a la cueva, con Otamendi en el lateral derecho y Clemente -no hay otro- en el izquierdo, si la cordura llegara y saliera Heinze, algo que no ocurrirá. Aún así, por sorteo y delantera, son un gran candidato.
ESPAÑA: DE LA FURIA AL TOQUE
La Roja del toque despidió, gracias a Luis Aragonés, a la de La Furia, que historicamente chocaba contra la pared de los fracasos. El Sabio de Hortaleza se olvidó de los recuerdos y apostó por lo que había: un fútbol de excelencia a punto de explotar.
Comandados por jugadores como Xavi, Iniesta, Xabi Alonso, Silva y Cesc Fábregas, España fue moldeándose a imagen y semajanza del Barcelona de Rijkaard primero y, sobre todo, del de Pep Guardiola, después. Aportaciones como Gerard Piqué, Sergio Busquets, Pedrito y Víctor terminaron el gran invento. La Roja juega con la pelota al pie, por abajo, y mata arriba con sus dos cracks mundiales: Fernando Torres y David Villa.
Una vez nombrados al pasar estos jugadores, parece que el debate no tiene sentido por la calidad de su fútbol y por el estilo escogido. Sin embargo, un Mundial es mucho más que nombres y juego. Ejemplos como Hungría 54', Holanda 74' o Brasil 82', nos obligan a estar alertas.
Lesiones, tarjetas, rivales cerrados y la mala suerte son protagonistas ineludibles, pero hay uno aún peor: si el sorteo abre a Argentina las puertas del Olimpo, a España se las ha cerrado de par en par y deberán dar todo de sí desde el arranque mismo del torneo.
Primero Chile, un rival tremendo y con Bielsa al mando, lo cual implica que el rosarino tiene a España estudiada al límite, aunque la pelota luego rodará. Segundo, y definitivo, los cruces de octavos son para temblar. Los españoles se verán las caras con Brasil, Portugal o Costa de Marfil. Si pasa esa barrera, el Mundial hará justicia con el mejor equipo de todos. Insistimos, ser el mejor y ser el primero no siempre coinciden.
En conclusión, nos espera un torneo apasionante y en donde se marcará el camino ideológico del tiempo por venir. La última Champions ha dado un paso hacia el pragmatismo con el Inter. Para peor, un club referente e históricamente amante de la excelencia como el Real Madrid, apostará por lo mismo y en Sudáfrica, sólo la esperanza de España, entre la favoritas, puede hacer retroceder la tendencia atroz al resultadismo.
El fútbol se juega para ganar, pero primero se juega y en ese paréntesis definitivo se puede optar por el todo vale o por el digno camino de la trascendencia. Nosotros hemos elegido./goal.com
