El general Gustavo Ricaurte, comandante de la Policía en una zona del suroeste de Colombia, resultó ileso este sábado tras sufrir un atentado atribuido a la guerrilla de las FARC en la población de Mondomo, en el departamento de Cauca y dos niños fallecían por otro atentado en el Departamento del Cauca, en el que otras cuatro personas resultaron heridas.
Las FARC prometieron sabotear las elecciones presidenciales en Colombia y lo están cumpliendo. En las 48 horas previas a los comicios despertaron su furia y sólo en Neiva, Huila, instalaron dos artefactos explosivos este viernes.
De haber estallado dichos artefactos numerosos barrios de la ciudad amenazada por la guerrilla habrían sufrido importantes daños y podrían haber muerto personas, tal y como explicó el comandante de la Policía del Huila, el coronel Flavio Heriberto Mesa, quien explicó que las bombas pudieron ser desactivadas de manera controlada.
Dos bombas con 60 kilos de explosivos esperaban a un comando de militares sobre la avenida 26 cuando fueron observadas por un indigente que reportó el caso a las autoridades. La carretera estuvo cerrada durante cinco horas mientras los expertos en explosivos las desactivaban.
No había terminado la operación cuando se informaba de otra bomba en el sur de Neiva. Las autoridades quisieron mantenerlo en secreto para no despertar el temor entre los vecinos. Sin embargo, la Fiscalía lo reportó como un hecho. La carga explosiva de pequeño poder también fue desactivada a tiempo.
Asimismo, se produjeron decenas de llamadas en las que se informaba de la presencia de granadas en distintos sectores de la capital y que finalmente resultaron ser falsas.
El pasado 24 de mayo pasado, una bomba de 40 kilos de amonal destruyó 72 viviendas del barrio Limonar de Neiva. Aunque la Policía asegura que logró controlarla se activó antes de tiempo y un niño resultó gravemente herido. El chico está fuera de peligro. Las víctimas viven en la iglesia del sector y escuelas porque sus casas sufrieron importantes daños.
En Neiva, Huila, no es un secreto que las FARC planean sabotear las elecciones, puesto que la mayoría apoya a Juan Manuel Santos (candidato de Álvaro Uribe Vélez) porque continuará con la política de seguridad democrática y promete acabar con la guerrilla.
En las calles se percibe el temor. Las estaciones de gasolina permanecen copadas de vehículos cuyos conductores prefieren abastecerse por si algo ocurre, mientras 1.700 hombres de la Policía se pasean por las calles, planean operativos relámpago, detienen carros y hasta detienen personas. Está prohibido el porte de armas y la venta de alcohol.
El secretario del Gobierno Municipal, Cantalicio Cárdenas, pidió a la población no asustarse y avisar a las autoridades de movimientos extraños en la ciudad.
La Misión de Observación Electoral pronosticó un riesgo latente en 15 de los 37 municipios del Huila y exigió una mayor presencia de las autoridades en la zona.
El Departamento de Huila cuenta con 671.461 personas registradas para votar que sufragarán en 1.551 mesas de votación, de las cuales 521 estarán en Neiva.
El Departamento de Caquetá también está amenazado por las FARC
En el Caquetá, segundo departamento amenazado por las FARC, la Policía desactivó 40 kilos de explosivo en la vía Montañita- Florencia, mientras en Solano, localidad a donde se llega en chalupa (canoa), o en avión, trasladaron las mesas de votación por seguridad.
Sobre la región, cuna de la zona de distensión de la guerrilla, 556 mesas de votación fueron instaladas y la orden del coronel Jaime Enrique Moreno, Comandante de la Policía del Caquetá, es que por cada mesa de votación un policía esté vigilándola.
Hace una semana nueve integrantes de la Fuerza Naval murieron en un ataque guerrillero. La amenaza en Colombia está latente y a medida que avanzan las horas el miedo se agudiza.
En el Cauca, la guerrilla lanzó un artefacto explosivo contra la población civil de El Plateado, mientras que en Frontino, Antioquia, dos policías luchan por sus vidas después de que fueran hostigados por la insurgencia.
La Policía incautó 4.000 kilos de explosivos entre Risaralda y Chocó. Los hechos de orden público no pararán mientras pasen las elecciones.