El ex presidente de Honduras Manuel Zelaya, depuesto en el golpe de estado del 28 de junio de 2009, dijo hoy que él quiere regresar a su país, pero que Estados Unidos se opone.
"Los Estados Unidos se oponen a mi retorno, como es evidente, protegen la impunidad de los golpistas", declaró Zelaya en una entrevista telefónica con Efe desde República Dominicana.
Zelaya reside en República Dominicana desde el 27 de enero, cuando debió concluir su mandato de cuatro años, que fue interrumpido en junio del año pasado cuando pretendía celebrar una consulta popular orientada a reformar la Constitución, pese a tener impedimentos legales para ello.
"Quiero regresar a mi patria y que se respeten mis ideas a pesar del peligro que corro desde el día que decidí recuperar la base de Palmerola e inicié el proceso de licitación de los combustibles y me negué ante ciertos banqueros a devaluar la moneda", indicó Zelaya.
La base de Palmerola, construida por Estados Unidos a inicios de la década de los ochenta, está situada en el central departamento de Comayagua, unos 80 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
En esa base, que comparten los dos países y en la que funciona una escuela militar de aviación, permanecen al menos unos 400 militares estadounidenses que son relevados frecuentemente.
Contra Zelaya hay orden de captura por varios delitos que le imputa el Ministerio Público, entre ellos abuso de autoridad y traición a la patria.
Sin embargo, el actual presidente de Honduras, Porfirio Lobo, reiteró la semana pasada que nadie va a meter preso a Zelaya si regresa al país, porque es hondureño y se le garantizará un trato justo, el de ex presidente de la República.
Lobo incluso dijo que había hablado con el presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, para decirle que le "aliste" a Zelaya para, si es necesario, ir a traerlo él mismo y demostrarle que tendrá un trato justo si regresa.
Las declaraciones de Lobo han provocado reacciones en contra de sectores que apoyaron el golpe de Estado, que consideran que el presidente se está inmiscuyendo en asuntos que competen al poder judicial, aunque el gobernante sostiene que Zelaya sí tendría que presentarse a los tribunales.
Ante la pregunta de si teme regresar al país por un eventual atentado en su contra de sectores radicales de izquierda o de derecha, Zelaya respondió que no.
"No tengo temor, lo he demostrado. Tomaré precauciones, ya superé atentados contra mi vida como el asalto a balazos en mi casa, secuestro y destierro por los militares y las torturas a que fui sometido durante cuatro meses en la sede diplomática de Brasil", subrayó Zelaya.
Tras el golpe, Zelaya estuvo en el exilio hasta el 21 de septiembre pasado, cuando llegó por sorpresa a Tegucigalpa y se refugió en la embajada de Brasil, donde permaneció con su esposa y otros cercanos colaboradores hasta el 27 de enero.
El ex gobernante dijo no estar dispuesto a presentarse ante los tribunales de su país porque "en Honduras los tribunales actuales son los mismos que nombró (Roberto) Micheletti", el presidente de facto que el Parlamento designó tras el golpe a Zelaya, acción que los diputados calificaron como una "sustitución constitucional".
Zelaya sostuvo que los magistrados del poder judicial "son los mismos que participaron en el golpe de Estado".
"Debe separarse de sus cargos a todos los que se ha comprobado que participaron en el golpe de Estado, entre ellos el fiscal (general del Estado, Luis Rubí) y ciertos magistrados", agregó.
"Por principio y dignidad, no debo prestarme a legitimar el golpe de Estado ni a mis verdugos, todo lo actuado por estos señores es nulo y todas sus falsas acusaciones están viciadas de nulidad", enfatizó el ex presidente hondureño, quien ganó las elecciones de noviembre de 2005 al frente del Partido Liberal.
"En Honduras no hay justicia, prueba es que los golpistas gozan de inmunidad frente a todos los crímenes y asesinatos que han cometido, la misma corte absolvió a los militares que asaltaron mi casa a balazos y me desterraron", dijo Zelaya.
También señaló que en Honduras "no se ha castigado a los actores intelectuales y ejecutores del delito del golpe de Estado", y que "no se puede llamar tribunales" a organismos judiciales que, en su opinión, "están llenos de violadores de la ley, de la Constitución y encubren a los asesinos" de varias personas que condenaron el golpe.
Según Zelaya, más de un centenar de hondureños "han muerto asesinados en defensa de la democracia" tras el golpe de Estado.
De: El caribe