El material hizo que la construcción resistiera el paso del tiempo y los terremotos.
Un estudio de investigadores chinos ha puesto de manifiesto que los edificios construidos en la antigua China utilizaban un sorprendente material para mantenerse en pie durante siglos: el arroz.
El arroz, triturado y convertido en una masa pegajosa resistente al agua y a las altas temperaturas, se utilizaba hace 1.500 millones de años como engrudo, introduciéndolo en los huecos que quedaban entre los bloques de piedra para fijarlos unos a otros.
Al parecer, las pagodas, templos y edificios en los que se utilizó, incluyendo algunas secciones de la Gran Muralla, han resistido no sólo las duras condiciones meteorológicas y el paso del tiempo, sino también incluso terremotos.
Según el responsable de la investigación y profesor de Química de la universidad de Zhejiang, Zhang Bingjian, el uso del arroz para la construcción “fue uno de los grandes hitos tecnológicos de su tiempo".
Zhang comenta también que la mezcla se completaba con carbonato de calcio, un componente inorgánico que potenciaba el poder de la amilopectina, un tipo de carbohidrato que se encuentra de forma natural en el arroz y otros alimentos.
Ahora, su curioso descubrimiento se publicará en la revista American Chemical Society./dailymail.co.uk