La mediación de Lula da Silva con Irán sobre el tema nuclear enturbia el foro de la Alianza de Civilizaciones que se celebra en Río.
Las relaciones entre Brasil y Estados Unidos se agrietan tras el convenio impulsado por la potencia sudamericana y Turquía con Irán para gestionar el controvertido programa nuclear iraní.
La secretaria de Estado del país norteamericano, Hillary Clinton, opinó sobre este tema durante una disertación en el Brookings Institution en Washington. “Le dijimos al presidente Lula y al canciller Celso Amorim que hacer que Irán gane tiempo hace que el mundo sea más peligroso… Seguiremos insistiendo en que los iraníes están utilizando a los brasileños para ganar tiempo”, dijo.
La respuesta del mandatario brasileño no se hizo esperar y acusó a las grandes potencias de ser hipócritas. “La energía nuclear debe ser un instrumento para el desarrollo, no una amenaza. Mi experiencia como líder sindical me enseñó que las posiciones inflexibles solo ayudan a la confrontación y alejan las soluciones de paz”, manifestó Lula en el III Foro de la Alianza de Civilizaciones en Río de Janeiro.
Las potencias nucleares enviaron al Consejo de Seguridad un nuevo proyecto de sanciones contra Teherán redactado por Estados Unidos y aprobado por los grandes países nucleares que revisan la cuestión (China, Francia, Gran Bretaña y Alemania).
El primer ministro turco, Tayyip Erdogan, cuestionó la credibilidad de las potencias nucleares para pronunciarse sobre terceros países con ambiciones atómicas. “Deberían eliminar” sus propias armas nucleares para poder ser “convincentes” en sus exigencias a Irán, señaló entre aplausos del público en el foro.