El rey Abdallah de Arabia Saudí pidió a Estados Unidos que atacara Irán para poner fin a su programa nuclear, según los documentos clasificados dados a conocer ayer. La fuente es el embajador saudí en Washington, Adel al-Jubeir, citado en los informes filtrados, que señalan cómo el rey aconsejó a los estadounidenses «hay cortar la cabeza de la serpiente iraní» y subrayaba que trabajar con Estados Unidos para combatir la influencia iraní en Irak era una prioridad estratégica suya y de su gobierno.
Estos documentos descubren asimismo que Irán habría comprado misiles a Corea del Norte capaces de llegar a Europa Occidental y que estaría usando esas armas para desarrollar misiles de largo alcance.
Destacan que la principal fuente de financiación de Al Qaida siguen siendo mecenas de Arabia Saudí y de Qatar, país que se ha acobardado a la hora de contener el terrorismo por miedo a parecer alineado con EE.UU.
En Yemen, el gobierno ha asumido la responsabilidad de ataques secretos estadounidenses contra la rama local de Al Qaida, según una conversación secreta entre el presidente Ali Abdulá Salé y el entonces comandante estadounidense en Oriente Próximo, el general David Petraeus, quien recibió garantías de que el Parlamento de Yemen no conocerá la verdadera naturaleza de los bombardeos. «Les diremos (a los diputados) que las bombas son nuestras y no vuestras», aseguró el dirigente yemení.
Sobre Afganistán, se señala que el vicepresidente afgano, Ahmed Zia Masud, sacó de Afganistán 52 millones de dólares sin declarar, en un viaje a los Emiratos Arabes.
