Los Ángeles.- Obama lleva más de un año en el Gobierno y, de momento, sólo ha tenido ojos para la reforma sanitaria. Parece que el presidente estadounidense ha descuidado parte de su agenda. Tras lograr que el Obamacare fuera aprobado en el Congreso, en Washington ya se especula sobre cuál de sus promesas electorales tendrá ahora el mandatario en su punto de mira político.
Cuatro grandes temas centran la atención del país: el plan de estímulo económico y la creación de empleo, la reforma migratoria, la política exterior y la reforma del sistema bancario que causó la actual crisis económica.
Menos popular
Su obsesión con la reforma sanitaria y la falta de actuaciones en muchos de estos asuntos han provocado que, según una encuesta realizada por la Opinion Research Corporation para la CNN, el 54% de los estadounidenses no esté de acuerdo con la gestión de uno de los presidentes que llegaron a la Casa Blanca con mayor índice de popularidad y considere improbable su reelección en 2012.
Los ciudadanos estadounidenses no entienden algunas decisiones de la Administración Obama, entre ellas el plan de estímulo que puso en marcha el año pasado, en el que invirtió casi 800.000 millones de dólares en creación de empleo y que no ha conseguido los resultados previstos. El desempleo se sitúa actualmente en el 9,7% de la población.
En cuanto al sistema bancario, el presidente estadounidense ha instado al Congreso a poner en marcha una gran reforma que evite que se repitan “los abusos y excesos” que llevaron a la calificada como la peor crisis de las últimas generaciones.
Otro de los grandes grupos de presión del presidente son los 12 millones de inmigrantes indocumentados –en su mayoría de origen latino– que, junto con sus familias y allegados, han tomado las calles de todos los estados del país exigiendo algo que el presidente prometió en las elecciones: la reforma migratoria.
Manifestaciones
Obama aseguró durante la campaña que solucionaría la situación irregular de aquellos inmigrantes ilegales que demostrasen estar trabajando y que no hubieran cometido ningún delito. La marcha más sonada fue la celebrada en Washington el pasado fin de semana, justo mientras se votaba del plan de sanidad. Más de 200.000 personas se dieron cita frente al Capitolio portando pancartas en las que mostraban su enfado con la Casa Blanca.
Robert Menéndez, el único senador hispano, jaleó a los manifestantes y afirmó que “los logros en los derechos civiles no han venido pacíficamente, han venido gracias al movimiento del pueblo”.
Reto de la seguridad
Además, la seguridad nacional y la política exterior son quizá el reto más complejo del actual inquilino de la Casa Blanca. Los ciudadanos estadounidenses viven con la perpetua sensación de que algo puede pasar en cualquier momento, y les hace ser cómplices involuntarios del clima de inseguridad que se vive en el país tras los intentos de atentados terroristas.
A nivel internacional, el papel del presidente Barack Obama y la secretaria de Estado Hillary Clinton, ha sido casi testimonial. Inmersos en dos frentes bélicos –Irak y Afganistán–, su relación diplomática con uno de sus tradicionales aliados, Israel, no pasa por los mejores momentos.
Precisamente este conflicto torpedea una de las promesas electorales del presidente: mejorar las relaciones con Oriente Próximo e intentar un acercamiento para lograr la paz en la zona.
En el tema de Irán no van mucho mejor las cosas. El anuncio preelectoral de que dialogaría sin condiciones previas con el régimen de Ahmadineyad ha quedado en nada y Washington lidera las demandas para un endurecimiento de las sanciones por su plan nuclear.
Extraido de: intereconomia.com
Dudan si Obama volvería ser votado
El 54 por ciento de los estadounidenses sostiene que el actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, perderá si se presenta para una reelección en 2012, según señaló una encuesta realizada por la Corporación de Búsqueda de Opinión/CNN. En el sondeo, realizado entre el 19 y 21 de marzo, es decir antes de que se promulgara la Ley de Salud, el 44 por ciento afirma que seguiría al frente de la Casa Blanca. Asimismo, el informe indicó que si las elecciones presidenciales del 2012 fueran hoy, resultaría un empate en 47% entre el actual mandatario y un candidato republicano.
