Al menos 400 personas murieron y cerca de 10 mil resultaron heridas hoy producto del terremoto de 7,1 grados de magnitud en la escala de Richter que sacudió la provincia de Qinghai, en el noroeste de China.
El movimiento telúrico tuvo lugar en horas de la mañana, en la prefectura tibetana de Yushu.
Huang Limin, vicesecretario del gobierno local, dijo que todavía hay muchas personas bajo los escombros en la ciudad de Gyegu, y que unos 700 soldados están trabajando de manera ardua para el rescate de víctimas.
Según fuentes locales, cerca del 90% de las casas y edificios resultaron destruidos, mientras que la energía eléctrica fue interrumpida, al igual que las telecomunicaciones.
"Se estima que habrá una alta cifra de muertos, porque el terremoto ocurrió en la mañana temprano y muchos habitantes aún no se habían levantado", indicaron expertos del gobierno en declaraciones a la Agencia Xinhua.
"Las casas aquí están prácticamente todas construidas de madera y barro. Algunas se vinieron abajo con el temblor", dijo por su parte Karsum Nyima, vicedirector de la sección noticias de la televisión en Yushu.
El Presidente chino, Hu Jintao, y el primer ministro, Wen Jiabao, pidieron hacer "todos los esfuerzos para salvar vidas y proveer asistencia a las personas afectadas por el terremoto". El vicepremier, Hui Liangyu, partió hacia la zona afectada por el sismo para reunirse con los sobrevivientes.
El movimiento telúrico fue registrado por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) a las 7.49 locales (19.49 hora en Chile) y fue seguido por tres réplicas de magnitud 5,3; 5,2 y 5,8 grados, en ese orden.
Según controles del USGS, el epicentro del primer sismo se ubicó a 10 kilómetros de profundidad, a 375 kilómetros de la ciudad de Golmud y 240 kilómetros del centro tibetano de Chamdo.
La región de Qinghai se encuentra en el noroeste de China y limita con el Tibet y Sichuan. Habitada por tibetanos, mongoles, hui (musulmanes) y chinos de la etnia mayoritaria han, fue una de las zonas afectadas por el sismo que en mayo de 2008 sacudió el norte de la vecina provincia de Sichuan, que dejó cerca de 90.000 muertos y desaparecidos.