Cayo Los Frailes, en Pedernales: Un paraíso en extinción - Barahoneros

viernes, 29 de abril de 2011

Cayo Los Frailes, en Pedernales: Un paraíso en extinción


Por: Marlon Carbonell.

El sábado 16 de abril del 2011, nos reunimos a las 6:00 am en el Hostal D’ Oleo en el pueblo de Pedernales, los buzos Marlon Carbonell, Giovanni Menozzi, instructor de buceo, Diógenes Bargés, Capitán de Navío, asimilado de la Marina de Guerra Dominicana y María del Carmel Vásquez, con fines de realizar varios buceos recreativos en el cayo los Frailes.

El Cayo de Los Frailes es considerado en la comunidad de los buzos, como el último bastión de vida marina de gran tamaño que queda en la República Dominicana, y uno de los lugares más espectaculares de formaciones coralinas. Este Cayo había permanecido durante mucho tiempo aislado de los pescadores Dominicanos, por la distancia, violencia del oleaje y fuertes corrientes marinas.

Tal es la belleza submarina de este cayo, que en el 2010, veinte buzos Dominicanos, fuimos a la isla de Utila en Honduras, para ver y explorar la mundialmente famosa segunda barrera de coral más grande del mundo, después de la Australia. Para nuestra sorpresa, encontramos que la belleza submarina del cayo de Los Frailes, supuro la de la isla de Utila en cuanto al tamaño y variedad de los peces. Además, en cuanto a las formaciones de coral en los frailes se refiere, no tiene nada que envidiarle a otros lugares submarinos en el Caribe.

Luego de una travesía de 1 hora y 40 minutos aproximadamente y de un mar tranquilo desde Cabo Rojo a Cabo Falso, e inquieto con oleajes de hasta cuatro pies de altura, de Cabo Falso al Cayo Los Frailes, fuimos sorprendidos por dos embarcaciones de pescadores haitianos en Cayo los Frailes.

Cada embarcación haitiana portaba hasta cinco hombres, equipadas con neveras portátiles. Nuestra sorpresa e incredulidad se volvió mayor, cuando avistamos no lejos del Cayo Los Frailes, dos embarcaciones adicionales de pescadores haitianos, recolectando redes o tramayos, del fondo del mar.

Este tipo de pesca realizada con redes es extremadamente dañina para la fauna marina, ya que no discrimina en cuanto al tamaño o tipo de pez que se captura.
A las 8:35 de la mañana, procedimos a realizar nuestra primera inmersión en el cayo. Durante esa primera inmersión, encontramos todo tipo de desechos, desde latas vacías, botellas plásticas, lonas rotas, y hasta desechos de ropa, esparcida en los corales que exploramos.

Durante nuestra exploración encontramos además, una gran cantidad de enormes caracoles de Lambí, todos vacios. No obstante de la depredación del Lambí, encontramos varios tramayos o chinchorros de ahorcamiento, en profundidades desde 50 a 75 pies, con una gran variedad de peces muertos por este método insensato de pesca.

Luego de realizar tres buceos en el mismo entorno, le preguntamos al capitán de nuestra embarcación, el Sr. Nanino, que nos informara acerca los pescadores haitianos. Este nos respondió, que estos pescadores haitianos se anclan pegado al Cayo de los Frailes, para protegerse del oleaje, y que estas personas permanecen por espacio de hasta tres días consecutivos, viviendo sobre la embarcación, y expuestos a las inclemencias del tiempo, pescando todo lo que pueden sin criterio alguno.

Nuestro capitán, el Sr. Nanino además nos comento, que durante las tardes al caer el sol, es común ver desde el malecón del pueblo de Pedernales, una gran cantidad de embarcaciones pequeñas, (yolas) cargadas hasta el tope de leña, cruzada desde la República Dominicana hacia nuestros vecinos país, Haití sin tipo de control.

Después de ver lo que vimos, tanto en el fondo del mar como en la superficie, nuestros sentimientos fueron desesperanzadores. Nosotros la mayoría de los dominicanos, conocemos bien la devastación sufrida por Haití durante décadas, causada por sus propios habitantes. Ahora, parece ser, que el turno le ha tocado a la República Dominicana. Toda esta desgracias permitida por los dominicanos, y realizada por nuestros vecinos.

Es de vital importancia que nosotros los ciudadanos Dominicanos, tomemos conciencia de lo que está sucediendo en nuestros mares, y nuestra foresta.
Que cada uno de nosotros los ciudadanos, nos hagamos responsables de conservar nuestros recursos naturales, los cuales algunos de ellos todavía pueden ser renovados mediante el cuido y explotación controlada de los mismos.

Nos urge tomar cartas en este asunto de vital importancia para nuestro querido país, antes de que veamos en las mismas situación en la que se encuentra nuestro vecino y solo nos quede el recuerdo y las lamentaciones.