El editoral del matutino Listín Diario se pregunta por qué zonas de tanto potencial como la de Barahona y Pedernales no arrancan turísticamente todavía.
El turismo ha servido a la República Dominicana para ir construyendo, en el mundo, eso que los expertos llaman “marca-país”.
Algunos de sus destinos son tan conocidos, publicitados y visitados por gente de todas las latitudes del planeta, que cuando viajan lo hacen convencidos de que el nombre del país es el nombre del enclave turístico al que van a hospedarse.
Ese posicionamiento ha sido posible por el esfuerzo combinado del sector privado y del Estado, que a menudo se unen para promover las excelencias que ofrece el país a los visitantes e inversionistas extranjeros.
Alcanzarlo ha conllevado a muchas inversiones, muchos desalientos, muchas difi cultades, especialmente entre los que invierten en infraestructuras apropiadas para el turismo, como los hoteles.
Ahora, gravita negativamente sobre ese sector un serio problema. Debido a las difi cultades que ponen algunas instituciones del Estado vinculadas a la tierra y a su real propiedad, y a la mafi a que falsifi ca y vende títulos, y estafa a compradores extranjeros y nativos, muchos de esos hoteles confrontan demandas y embargos ilegales que ponen en entredicho el marco de garantías que necesitan los inversionistas para colocar su dinero en estas infraestructuras.
Eso pasa en el Este y también en el Sur. En este último caso, nadie se explica por qué zonas de tanto potencial como la de Barahona y Pedernales no arrancan turísticamente todavía, en virtud de la indefi nición de los títulos de propiedad de parcelas y de las frecuentes invasiones de terrenos con vocación al desarrollo turístico que propician avivatos y aventureros, basándose muchas veces en títulos falsos.
El Gobierno tiene que abrir los ojos ante estas difi cultades y ponerles freno, rápidamente, para que no se desincentiven las inversiones turísticas en el Sur y el Este, ni para los que ya han adquirido propiedades o edifi cado hoteles tengan que salir huyendo ante esta avalancha de ataques y subterfugios.
Una espada contra el turismo
Listín diario 25 de Abril 2011