Recuerdan el 40 aniversario del asesinato de cuatro personas en playa Azul del Estero - Barahoneros

viernes, 2 de abril de 2010

Recuerdan el 40 aniversario del asesinato de cuatro personas en playa Azul del Estero


Por: Teuddy A. Sánchez.

BARAHONA.- Diferentes entidades de esta ciudad, conmemoraron el 40 aniversario del asesinado a mano de un sargento de la Policía , de cuatro personas, incluyendo a un padre y su hijo, en playa Azul del Estero, en el 1970.

La actividad fue organizada por el Comité de Héroes y Mártires de Barahona y las seccionales del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), entre otras.

El acto de recordación se inició con una caminata partiendo desde la plazoleta Francisco Alberto Caamaño Deñó del Centro Universitario Regional del Suroeste (Curso).

La marcha se desplazó por las calles Luis E. Del Montez, 30 de Mayo hasta concluir en la Duarte donde el ayuntamiento construyó un pequeño mausoleo, ya que fue en esas inmediaciones que fueron apresadas las cuatro personas.



El deportista Eusebio Reyes, Teodoro Torres, Gilberto Diaz y Rafael Sánchez, estos dos últimos eran padre e hijo, fueron vil mente asesinados por el sub oficial Lucas del Rosario Medrano (Ráfaga), el domingo 16 de marzo del 1970.

En el acto hablaron Néstor García, el ingeniero Alfredo Eliseo Féliz López, Niño Guzmán, Genaro Reyes, hermano de uno de los asesinados y el cónsul dominicano en Bélgica, Rafael Hernández, quienes narraron como ocurrieron los hechos

En el mausoleo depositaron ofrendas florales, la dirección del hospital regional Jaime Mota, el ayuntamiento, el Codia y el Centro Universitario de esta localidad. Mientras que encendieron las velas, el periodista Alejandro Santana, López Féliz, Felino Rocha entre otros.

La banda de música de esta localidad, interpreto las notas del Himno Nacional Dominicano, quien acompañó la caminata.

Asistieron Andrés Bautista, Víctor Manuel Rodríguez, Pupilo Medrano, Carlos Vallejo, Wilfrido Corniell, el profesor Domingo Batista, Frank Florián, y el periodista Luis López Méndez.

Además de Julio Cesar Osorio, Bienvenido Matos Pérez, Nin Pichardo, Emilio Reyes Novas, Fernando Espinosa entre otros.

Historia de los hechos.

El domingo 16 de marzo de 1970, cuando estos grupos revolucionarios convocaron a una movilización en el parque de los Suero, eran las 7:00 P.M. cuando una multitud de ciudadanos con sus puños levantados y con sus corazones henchidos de emoción recorrieron las calles de la ciudad reclamando democracia, libertad aun régimen caracterizado por las sistemáticas violaciones de los derechos humanos.


Las fuerzas represivas no se hicieron esperar, armas en manos salieron a sofocar, ahogar en sangre los sentimientos que como vientos huracanados recorrían todos el país dominicano, hubo consignas, quema de gomas, y un intercambios de disparos, después los revolucionarios se marcharon con la euforia dibujada en sus rostros.

En medio del silencio que procedió a tan emotiva movilización apareció el monstruo Lucas Del Rosario Medrano (Ráfaga), andaba sudoroso, eufórico, venía a cumplir la orden de, matar cuatro sin preguntar sus nombres, llegó al parque de los Sueros metralleta en mano, aquello no era un hombre, era una fiera herida, una bestia salvaje con ímpetu de violencia, cayeron en sus manos cuatro humildes ciudadanos, cuatro vidas inocentes, arrebatadas de los brazos de sus padres, robadas del barrio donde nacieron para llevarlas al fusilamiento sin ni siquiera ellos saber porque.

De este crimen nadie fue llevado a los tribunales y aunque sobre Lucas Del Rosario Medrano recayó la responsabilidad absoluta de este hecho, la comunidad se ha preguntado siempre ¿quién fue el autor intelectual de esta tragedia, de que labios salió la orden de matar? en el entendido de que una orden de tal magnitud, de que un hecho tan terrible no lo puede cometer un simple sargento.

40 años después lo único que nos queda es rogar a Dios por el descanso eterno para Eusebio Reyes, símbolo de la juventud barahonera asesinado por quienes debieron siempre proteger su vida. Para Teodoro Torres, un obrero del ingenio que lo único que hizo fue trabajar para el sustento de su familia.

Para Gilberto Díaz, a quién no le respetaron sus canas, su cara de hombre viejo que inspiraba respeto y para Rafael Sánchez, que murió junto a su padre en la flor de su juventud sin más pecado que transitar las calles del pueblo que le vio nacer y recordar a los autores intelectuales de este crimen convertido en tragedia "que el crimen no prescribe nunca en la conciencia de quien lo cometió", ¡paz eterna a los asesinados en el estero! recordarlos siempre será la mejor forma de impedir que hecho como éste vuelvan a repetirse.