La sospecha de uso de esteroides y el Salón de la Fama - Barahoneros

sábado, 8 de enero de 2011

La sospecha de uso de esteroides y el Salón de la Fama



No existe prueba alguna de que Jeff Bagwell usó esteroides, su nombre no apareció en el Informe Mitchell ni estuvo vinculado en investigaciones.

Pero la suspicacia siempre ha perseguido al ex primera base de los Astros de Houston, un pelotero que cuando empezó en las menores no asomaba como un bateador de largo metraje y después amasó una musculatura tremenda.

Así las cosas, la mera sospecha de que empleó sustancias para mejorar el rendimiento bastó para negarle la exaltación al Salón de la Fama del béisbol.

Sin embargo, no todo está perdido para Bagwell, quien sacó el 41.7% de votos en su primer año en la papeleta que llenan los miembros de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Nortamérica.

Se trata de un porcentaje aceptable para poder ir aumentando en siguientes votaciones hasta alcanzar el 75% mínimo necesario. Después de todo, el venezolano Luis Aparicio tuvo un porcentaje inferior en su primer intento y logró la exaltación en el sexto.

Tal vez pase inadvertida, pero en las instrucciones a quienes votan para el Salón de la Fama del béisbol se enuncia un párrafo sobre los criterios que se deben emplear a la hora de seleccionar a un pelotero.

"El voto se debe fundamentar en la trayectoria del jugador, su habilidad, integridad, deportividad, carácter y aporte al equipo (s) con el que jugó", reza la cláusula.

La última votación ha dejado algo en claro: esa cláusula sobre "integridad y carácter" dejará fuera de Cooperstown a muchos nombres rutilantes.

Esto fue lo que le ocurrió con Mark McGwire (19.8, Rafael Palmeiro (11.0%) y Juan González (5.2%) en la votación del 2011, que a duras penas sacaron votos para permanecer en la lista por un año adicional.

La culpa es de la llamada "Era de los Esteroides", en la que la presunción de culpa prima sobre la inocencia.

"Esto es lo que va a pasar en esta era", dijo un Bagwell con tono resignado tras enterarse de los resultados de la votación. "La gente sospecha de la era en la que me tocó jugar", agregó.

Los números de Bagwell son formidables, entre los mejores para jugadores que se han desempeñado en la inicial en más de medio siglo. Es alguien que se retiró con 449 jonrones de por vida y que superó las 1.500 carreras remolcadas y anotadas.

El rechazo a Bagwell y a los demás es un aviso agorero para el grupo que dentro de unos cuantos años se someterá al escrutinio.

Como se plantean las cosas, muchos serán objeto de desprecio en el 2013, el año en el que Barry Bonds, Roger Clemens y Sammy Sosa estarán por primera vez en la papeleta.

La corriente de opinión que predomina en la BBWAA es tajante: los aspectos morales tienen primacía.

"No le voy a dar mi voto a ningún jugador vinculado al uso de esteroides, ya que creo que la gente tramposa no debe ser premiada con el máximo honor de este deporte", afirmó Susan Slusser del diario San Francisco Chronicle, una de las 581 votantes este año.

"A nosotros nos piden considerar carácter cuando votamos para el Salón de la Fama y creo que quienes usaron sustancias para mejorar el rendimiento no cumplen con ese estándar", añadió. "Hicieron trampa para sacar ventaja, así de sencillo, provocado un desequilibrio y un desastre para los votantes. Pueden disfrutar los contratos que consiguieron como resultado, pero mi voto no".