El nuevo parlamento venezolano comienza hoy sus sesiones bajo un clima de tensión creciente entre chavistas y antichavistas después de que el presidente venezolano, Hugo Chávez, decidiera obviar los resultados de los comicios legislativos del pasado mes de septiembre —por los cuales el oficialismo perdió su supremacía— y gobernar a golpe de decretazo.
Sólo tres manzanas separarán hoy a los manifestantes de ambos bandos, cuya confrontación no ha sido nada pacífica en el pasado reciente. En el centro de Caracas el Movimiento de los Trabajadores oficialista convocó la concentración en la Plaza O'Leary mientras que los opositores decidieron hacerlo alrededor de la sede parlamentaria.
La oposición —representada por la Mesa de la Unidad Democrática, MUD— logró desbancar al chavismo con 67 de los 165 escaños que tiene la Asamblea Nacional. Hace cinco año se abstuvo de participar en las elecciones por considerar que no había transparencia electoral, dejando el parlamento bajo control del gobierno.
Los diputados opositores se enfrentan a un bloqueo que le ha propinado la Asamblea saliente con la reforma del Reglamento interno de debates, lo cual limita y reduce el número y tiempo de intervención. Además el presidente Hugo Chávez impuso la denominada Ley Habilitante con la que va a legislar vía decretos durante los próximos 18 meses.
La Asamblea Nacional saliente ha aprobado en las últimas tres semanas más de 20 leyes orgánicas de corte socialista que restringen las libertades en los sectores económico, político, social, telecomunicaciones, educativo, militar, lo que configura el nuevo modelo fascista
Tanto la modificación del reglamento como los poderes especiales del presidente constriñen la actuación legislativa de la oposición. Sin embargo, «el trabajo de los nuevos diputados será demostrar que hay una alternativa en el país, y que se cumpla con la Constitución», afirmó Ramón Guillermo Aveledo, secretario general de la MUD.
En sus declaraciones a ABC, María Corina Machado, la diputada opositora más votada, tiene clara su misión: «vamos a detener la imposición del comunismo en Venezuela, este comunismo que produce muerte, tristeza, oscuridad que roba el futuro de nuestros hijos. Nuestro trabajo consiste en ejercer el control político desde la Asamblea Nacional. Es el compromiso que asumimos».
La Asamblea venezolana es fascista, asegura diputado Julio Montoya
Diputado de antes y de ahora, Julio Montoya es subjefe del bloque opositor que estrena 65 diputados de la nueva Asamblea Nacional venezolana, la cual hereda un reglamento reformado que limita sus intervenciones y castiga posiciones disidentes, y que entra a funcionar en medio de una ley Habilitante que otorgó poderes legislativos al presidente Chávez por 18 meses.
Sin falsos optimismos, el diputado zuliano aseguró a EL TIEMPO que, a pesar de eso, hoy el país amanece con un nuevo mapa político que forzará la discusión entre chavismo y oposición.
¿Qué planes tiene el bloque opositor cuando se acaba de aprobar una ley Habilitante que restringe sus capacidades?
Teníamos una estrategia plasmada en las "100 propuestas para Venezuela", pero la decisión de la Habilitante, la reforma al reglamento del Parlamento y todas esas últimas leyes obligaron a un cambio y el objetivo será la defensa de la constitucionalidad. Vamos a acudir a los tribunales para impugnar esas leyes, entre ellas la Habilitante, que es inconstitucional. Vamos a impulsar un paquete de leyes que revele la ineficiencia y sordera de un gobierno que en 12 años no ha sido capaz de promover, por ejemplo, una Ley de Seguridad Social. (...) Tenemos una propuesta de Ley de Desarme para enfrentar la inseguridad que en 12 años ha dejado más de 120.000 muertos ¿acaso el Gobierno se podrá quedar callado?
¿Cómo posicionar esos temas si el nuevo reglamento estrechó al mínimo las sesiones?
El país tendrá mucho que ver al respecto. Tres diputados pueden impulsar un proyecto de ley y el Gobierno tendrá que definir si se pone de espaldas al país. (...) Ahora somos 67 diputados (65 opositores y 2 'grises') que haremos seguimiento e informaremos al país, y eso establece un nuevo escenario político, pues con reglamento o sin él la lucha es para que se sepa todo.
Usted fue diputado del periodo anterior al 2000 y hoy retoma funciones, ¿qué diferencia hay entre esa Asamblea y esta?
La democracia. Creo que esta que se estrena, sujeta a leyes que controlan a sus diputados, que limita el derecho de palabra hasta 3 minutos, cuyo presidente puede sancionar a un diputado por una opinión y quitarle el derecho de palabra hasta por un mes es una Asamblea fascista. En ese escenario nos toca una lucha muy dura porque nuestro objetivo político está en llevar al país a las elecciones del 2012, que creemos es lo que quiere evitar el régimen del presidente Chávez.
¿Hay alguna conversación adelantada con el partido de Gobierno para la conformación de directiva y comisiones?
Por primera vez en cinco años nos reunimos para discutir un acuerdo político. (...) Ya el hecho de tener 65 diputados obligó al partido de Gobierno a sentarse para establecer, como mínimo, el funcionamiento de la sesión de hoy. (...) La directiva la pondrá quien tenga más votos pero creemos que podemos presidir al menos 6 comisiones. Aunque parezcan temas menores, así están las cosas, y ya nadie tiene duda de que desde hoy se impone en Venezuela una nueva dinámica de negociación.
