Los amplios poderes de Bud Selig como octavo comisionado de Grandes Ligas - Barahoneros

miércoles, 18 de mayo de 2011

Los amplios poderes de Bud Selig como octavo comisionado de Grandes Ligas


La decisión de tomar el control administrativo de los Dodgers de Los Ángeles, por los problemas económicos y personales de Frank McCourt, ha desempolvado la vieja discusión sobre los poderes que tiene el comisionado del béisbol y su mandato de proteger los mejores intereses del juego. Para entender con propiedad en qué consiste ese mandato hay que remontarse muchos años atrás. Desde 1903 hasta 1919, cualquier problema que involucrara la aplicación de las reglas y los estatutos de MLB lo resolvía una comisión nacional compuesta por el presidente de la Liga Americana, el presidente de la Liga Nacional y un comisionado seleccionado por los primeros dos. Ese comisionado asumía la función de presidente de la comisión y tenía una grupo de responsabilidades limitadas, entre las que se incluía la imposición de multas o suspensiones.

El juez Kenesaw Mountain Landis fue elegido como el primer comisionado de MLB en 1920 debido a la ineficacia de la comisión nacional y los graves problemas de corrupción que salieron a relucir con la participación de los Medias Blancas de Chicago en la Serie Mundial de 1919. La primera acción de Landis fue suspender a ocho jugadores de los Medias Blancas, incluyendo a "Shoeless" Joe Jackson, por haber aceptado dinero a cambio de perder la Serie Mundial de 1919, eso a pesar que los jugadores ya habían sido declarados "no culpables" en un proceso judicial.

Esa nueva figura del Comisionado tuvo un mandato amplio, exigido por el mismo Landis, que le permitió luchar por la integridad del juego. Dicho mandato está consagrado en el Artículo II, sección 2(b), de la constitución de Grandes Ligas:

"Una de la funciones del Comisionado es investigar, ya sea consecuencia de un reclamo o por iniciativa propia, todo acto, transacción o práctica que sea, se presuma o se sospeche vaya en contra de los mejores intereses del béisbol".

La bandera de proteger los mejores intereses del béisbol ha sido izada en varias oportunidades tanto por Landis como por sus sucesores. Ese poder es ilimitado y, a menos que toque intereses protegidos en el convenio colectivo que firma MLB con el sindicato de peloteros (MLBPA), puede ser ejercido cada vez que el comisionado considere que la integridad del béisbol está en riesgo.

Los comisionados de MLB

Luego de Landis hemos tenido ocho comisionados, unos mejores que otros, a pesar de que la figura de protector independiente del juego se ha perdido un poco y hoy en día se le considera más como la voz de los dueños de franquicia en la administración del juego y en las negociaciones del acuerdo con la MLBPA.

Un área donde el comisionado mantiene poderes absolutos y los ejerce es en todo lo que involucre a las ligas menores, ya que no existe un sindicato que proteja los intereses de esos jugadores, por lo que sus decisiones son implementadas de manera automática. Es por ello que existía un programa antidopaje en las ligas menores muchos años antes que en Grandes Ligas, donde primero hubo que negociar con la MLBPA.

Casos recientes

La cláusula que permite que el comisionado de MLB luche por los mejores intereses del juego ha sido ejercida en varias oportunidades en la historia de este deporte, pero podemos destacar dos casos importantes.

En junio de 1976 Charlie Finley vendió el contrato de Vida Blue a los Yankees por 1,5 millones de dólares, así como los de Rollie Fingers y Joe Rudi a los Medias Rojas de Boston por 1 millón cada uno. El comisionado de la época, Bowie Kuhn, consideró que esas transacciones, a pesar que no estaban prohibidas por los estatutos, atentaban contra el balance competitivo que toda liga debe tener por lo que, bajo el mandato de proteger los mejores intereses del juego, anuló las ventas prospectivamente.

Finley, furioso debido a que no estaba violando regla alguna, acudió a la vía judicial y, a través de sus abogados, explicó que la venta de esos contratos era la única manera cómo los equipos con bajo presupuesto podían luchar con aquellos ubicados en mercados más grandes como Nueva York y Boston. Un argumento que tenía mucha lógica, por cierto.

El juez de la causa le dio la razón a Kuhn ya que el comisionado tiene un mandato expreso en la constitución de MLB para proteger los mejores intereses del juego y en este caso, a pesar de que no se estaban violando las reglas, existían argumentos que podían justificar ese tipo de acción.

El otro ejemplo destacable es el de la saga entre Bart Giamatti y líder de hits de todos los tiempos, Pete Rose. Giamatti ordenó una investigación en 1989 sobre unos alegatos de apuestas que involucraban a Rose como manager/jugador de los Rojos de Cincinnati.

La investigación concluyó que Rose había apostado en distintos juegos de béisbol, así que Giamatti decidió suspenderlo indefinidamente y prohibió a los equipos de las mayores y las menores entrar en negociaciones de cualquier tipo con él. Rose apeló la decisión por la vía judicial, debido a que lo consideraba un proceso injusto, pero el tribunal federal le dio la razón a Giamatti al indicar que las Grandes Ligas es una organización única que le da poderes extraordinarios a su comisionado.

El comisionado y Latinoamérica

Un caso ignorado en los libros de Derecho Deportivo, pero que es otra muestra clara del uso del poder que tiene el comisionado para proteger los mejores intereses del béisbol, es el de Adrián Beltré.

En 1999 el Comisionado ordenó una investigación sobre si los Dodgers de Los Ángeles habían firmado a Adrián Beltré a los 15 años en violación de las reglas del béisbol. La investigación concluyó que lo Dodgers habían falsificado documentos y el comisionado le impuso algunas sanciones, pero se negó declarar a Beltré agente libre, que es la pena que consagran las reglas.

Indudablemente que Selig decidió no utilizar la sanción indicada en las reglas del béisbol para evitar que otros casos como el de Beltré salieran a la luz pública y afectaran el funcionamiento de los equipos. Es por ello que, usando distintos argumentos, permitió que los Dodgers retuvieran el derecho de negociar con el dominicano.

Otro punto que muchas personas desconocen es que en el Acuerdo Invernal, documento que firma MLB con las distintas ligas del béisbol invernal, hay una cláusula que le da la autoridad al comisionado de MLB de tomar todas las acciones disciplinarias que considere adecuadas para proteger la honestidad e integridad del juego, jugadores, umpires y autoridades de los equipos.

Esa cláusula en el Acuerdo Invernal permite que el comisionado de MLB se involucre en ese circuito si considera que la integridad del juego está amenazada. Hasta ahora no ha habido necesidad de una intervención.

Conclusión

La decisión de Selig de tomar el control administrativo de los Dodgers de Los Ángeles está basada en ese principio de proteger los intereses del juego y del negocio. Frank McCourt tiene sus manos atadas ya que a pesar que considere que no lo han tratado con justicia, o que hay otros casos parecidos que no han requerido de la intervención de Selig, es muy difícil que logre una resolución a su favor usando la vía judicial.