La obesidad infantil está considerada como una de las más preocupantes epidemias de este siglo. Toma nota de algunas pautas para evitarla. “Los chicos de hoy han adquirido un nivel de sedentarismo que no tiene precedentes en la historia”, señala el gastroenterólogo Patricio Kenny, miembro consultor de Herbalife.
Si bien sabemos hasta el hartazgo que la comida chatarra y la falta de ejercicios son nocivas para los niños, ¿por qué tocar nuevamente este tema? Porque la situación no mejora. Se agudiza cada día a tal punto que, en la actualidad, hay más de 43 millones de niños en el mundo con sobrepeso. Y solo tienen menos de cinco años de edad.
CARGA PSICOLÓGICA. Además de los problemas de salud, existe un factor que se ve seriamente afectado: lo emocional. “Hay complicaciones osteoarticulares, cardiovasculares, pero un aspecto muy serio es la mente del niño. El rechazo, las burlas, la baja autoestima… Es lo que más los hace sufrir”, apunta Nataniel Viuniski, pediatra y miembro consultor de Herbalife.
Por tanto, la prevención no solo se orienta a tratar de evitar enfermedades a largo plazo, sino a conseguir un presente pleno, disfrutable, lleno de bienestar físico y mental. “La salud emocional está íntimamente ligada al peso”, afirma Kenny.
CAMBIO DE MODELO. Este mal puede ser prevenido desde la vida intrauterina: un correcto control de la nutrición de la madre influirá en el nuevo ser. Asimismo, la leche materna también juega un rol importante ya que, además de proveer nutrientes indispensables, establece un vínculo emotivo vital para el desarrollo psicológico del niño.
Por otro lado, los padres deben fomentar lo que ya todos conocemos: menos comida basura, más alimentos saludables, más lectura, más deporte… Pero hay un detalle importante: enseñar con el ejemplo. Combatir la obesidad requiere una lucha conjunta, no solitaria.
