Karina Sandoval, estudiante de la Universidad Iberoamericana (UI), creó este innovador cajón que evita la contaminación y reduce los costos funerarios. Sólo tiene un precio de 320 dólares en un país que registra un promedio de 140 muertes diarias.
En un comunicado, la UI aseguró que la universitaria, quien cursa uno de los últimos semestres de la carrera de Diseño Industrial, inventó un féretro de cartón y resinas, con asas de cuerda de algodón, que semeja un capullo o un pequeño submarino.
El cajón ecológico se podrá quemar junto con el cuerpo si la familia opta por incinerar al muerto. Y si se deposita el cuerpo en una fosa sencilla, sin cemento, el ataúd se desintegra en unos cuantos meses, según el comunicado.
Ante esta situación, Karina Sandoval se dio a la tarea de inventar ese féretro que además de ser económico, los materiales de los que está hecho no dañan la tierra, dijo Víctor Reynoso Bonilla, coordinador de proyectos estudiantiles que ayuden a resolver algunos problemas del país.
Según la estudiante mexicana, el costo promedio del ataúd es de 4000 pesos mexicanos, unos 320 dólares; sin embargo, está en la búsqueda de reducir más el precio, indicó la universidad.