Kareem Abdul-Jabbar, leyenda viva de los Lakers y uno de los mejores pivots de la historia del baloncesto, está que trina con la franquicia californiana.
El máximo anotador de la historia de la NBA, que en febrero anunció que ganó su batalla al cáncer, ha tenido un comprensible ataque de celos después de ver como los Lakers han concedido más importancia a Jerry West y Magic Johnson que a él.
Tanto West como Magic tienen sendas estatuas a la entrada del Staples Center, mientras que su la estatua de Jabbar ejecutando su mítico 'gancho del cielo' no lo está.
En las puertas del Staples, casa de los Lakers en los últimos 11 años, están las estatuas de Magic Johnson, Jerry West, del periodista Chick Hearn, Wayne Gretzky (ex estrella de la NHL) y Oscar De La Hoya (el 'Chico de Oro' del Boxeo).
"No sé si es un olvido o lo están haciendo a propósito", dijo Jabbar en una entrevista en 'The Sporting News'.
Para agravar la polémica los Lakers han decidido que Jabbar no forme parte del cuerpo técnico del equipo la próxima temporada, lo que ha acabado de desatar una auténtica 'tormenta jabbariana'.
El ex jugador dijo que los Lakers no le han ayudado en su carrera para ser entrenador, desveló que le obligaron a bajarse el sueldo si quería seguir como asistente y que hasta le impedían sentarse en los asientos de los aviones que a él le gustaban.
"Los Lakers no me han mostrado el aprecio que merezco", dijo Jabbar en el programa 'Mike & Mike in the Morning' de la cadena ESPN.
"Estoy muy ofendido por la falta de reconocimiento a mi contribución al éxito de los Lakers", dijo un Jabbar que aprovechó para denunciar el maltrato al que le ha sometido la franquicia en los últimos años.
Jabbar, que se retiró en 1989, ganó 6 anillos de la NBA (5 con los Lakers) y fue 6 veces MVP de la NBA, sólo pide "respeto" y "no ser un segundo plato" para sus querido Lakers.