El cura homofóbico llama a los maricones de la Zona Colonial en Santo Domingo “desviados” y “libertinos” y aunque los admite en su parroquia, les niega la comunión hasta que se “reconcilien” con Dios.
El párroco de la Iglesia Nuestra Señora de las Mercedes, Fray Santiago Bautista, descalificó a los gays, lesbianas y personas de otras preferencias no heterosexuales poder ser católicos y recibir la eucaristía o comunión, al tiempo que llamó a alejarlos de la Zona Colonial, por considerar que son personas “desviadas” y “libertinas”
El sacerdote se mostró escandalizado porque en el Parque Duarte de la Zona Colonial se reúnen personas de la Comunidad LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) varias veces a la semana, y llamó a los vecinos del lugar a hacer algo para alejarlas.
Calificó a las personas LGTB de “desviadas”, que deberían buscar otro lugar para su esparcimiento “libertino”.
El religioso argumentó que la Zona Colonial es un patrimonio histórico y turístico, y no puede ser tomado como lugar de tolerancia para gays y lesbianas, al tiempo que llamó a “la conciencia” de los vecinos del sector “para que se haga algo” para alejarlos. Durante la rueda de prensa en la que padre Bautista criticó a la Comunidad LGTB, no le acompañó ningún representante de los vecinos del sector.
El padre Bautista afimó que estás expresiones abiertas de personas de sexualidad “desviada”, como calificó a las personas de la llamada Comunidad LGTB, “no son más que modas traídas por la transculturación que le llega a la juventud por los medios de comunicación modernos”.
“República Dominicana es aún una sociedad de hombres y mujeres, no de personas extraviadas”, expresó.
Añadió que la Iglesia Católica no tiene nada en contra de esas personas, y que nunca les han cerrado las puertas, pero los llamó a “reconciliarse con Dios”.
Dijo que a las personas no heterosexuales se les pemite visitar la iglesia, y los que quieren participan de la misa y escuchan los sermones. “Pero de la comunión no pueden participar. Tienen que reconciliarse con Dios, por esa sexualidad, para poder comulgar”, dijo.
Citó el caso particular de un travesti, a quien no identificó, que visita de forma regular la iglesia de San Miguel, también en la Zona Colonial.
“Él (o ella) viene y le pone flores a los santos y participa de la misa y yo lo dejo, aún a sabiendo de lo que es”, dijo.