En el mundo del deporte siempre encontramos hechos anecdóticos o curiosos. Situaciones que llaman nuestra atención y plantearnos algunas preguntas.
Una de ellas es que, así como en la película “Los blancos no saben saltar” quedaba en claro la dificultad de los deportistas blancos para superar a sus pares de raza negra -o de color- en el básquetbol, en este caso son ellos quienes no pueden superarlos, pero en natación.
Y es algo curioso. Esto porque en la mayoría de los deportes del mundo como el fútbol, básquetbol o atletismo destacan los deportistas de raza negra. Siempre hemos escuchado que es un tema de genes el que les permite obtener mayor rendimiento físico en los deportes pero, ¿se han preguntado por qué los atletas de raza negra no sobresalen en natación?
Si damos un vistazo rápido de los mejores exponentes de la natación, en su mayoría corresponden a atletas de raza blanca. En la actualidad, el nombre que sobresale es el del estadounidense Michael Phelps, quien posee 14 medallas de oro, con 37 récords batidos. Otro gran nombre contemporáneo es el australiano Ian Thorpe, quien dominó la escena antes de la aparición de Phelps.
En la historia de la natación también destacan los nombres del español Martín López-Zubero, el ruso Alexandr Popov, el alemán Michael Gross, considerado el mejor especialista en estilo mariposa, por nombrar a algunos. Todos corresponden a deportistas de raza blanca.
Irónicamente, la respuesta a este hecho se debe principalmente al mismo motivo que les permite sobresalir en otras disciplinas: el tener una mayor proporción de fibra muscular. Y no sólo eso: los atletas de color además cuentan con un tejido óseo más denso, por lo tanto sus cuerpos tienden a volverse más pesados en el agua.
Y para comprobar esto existe un hecho concreto: el único deportista de color que logró una medalla en unos juegos olímpicos fue el nadador de Surinam, Anthony Nesty, quien obtuvo el oro en los 100 metros mariposa en Seúl 1988.