¿Sabías que, según la OMS, este mal será la segunda causa de incapacidad en el año 2020? Consulta con un psicólogo.
La depresión es un trastorno que se caracteriza por síntomas como tristeza frecuente y profunda, conductas antisociales, tendencia al llanto, cansancio crónico, sueño, escasa motivación, falta de concentración, descuido en el aspecto físico, entre otros. Según Óscar Barrenechea, director médico de Química Suiza, estos signos se presentan en niveles leves, moderados y severos.
ENEMIGO INTERNO. Hay que diferenciar dos tipos de depresión. Es exógena cuando se provoca por estímulos externos. Terminar con una enamorada, perder un trabajo, en fin, razones que entristecerían a cualquiera.
Sin embargo, al cabo de un tiempo, el estado de ánimo tiende a estabilizarse. En cambio, la depresión endógena ocurre en personas que nacen con un trastorno bioquímico a nivel cerebral, de modo que no hace falta exponerse a grandes situaciones adversas para deprimirse. “No importa si eres o no inteligente, si tienes o no tienes grandes comodidades, la predisposición es mucho mayor”, anota Barrenechea.
ACCIONES A TOMAR. Este mal puede lograr que la persona pierda el control de sus acciones. Es decir, que no pueda estudiar, trabajar ni disfrutar de una vida afectiva plena. Pero hay soluciones.
En cuadros de depresión leve, basta con el apoyo psicológico adecuado y una terapia de corto o mediano plazo. En casos de depresión moderada o grave, hay que acudir a un psiquiatra, profesional capacitado para determinar un tratamiento farmacológico. “La persona no debe tener miedo y recibir ayuda médica. En la actualidad, la depresión puede ser controlada de manera eficaz”, señala Barrenechea.