La hermosa actriz falleció víctima de cáncer al colon pero dejó a sus seguidores y al mundo artístico un legado inobjetableEra el “ángel de Charlie” más querido y hasta el día de hoy, a dos años de su muerte, la imagen de Farrah Fawcett continúa siendo ícono de la cultura pop y una de las mujeres más atractivas en la historia del cine y la televisión. Fue alabada por la crítica, tanto por su belleza como por su temple y versatilidad en la actuación.
Pero Farrah Fawcett no solo destacó en su rol de agente privado contra el crimen en la celebrada serie de TV “Los Ángeles de Charlie”, donde alcanzó gran reconocimiento a nivel mundial. También se ganó respeto total de los entendidos cuando, en 1984, personificó a una esposa agredida en la cinta para TV “The Burning Bed”. Reconocimiento que ratidicó con su actuación en la película “Extremities” (también llevada al teatro), donde interpretó a una mujer víctima de violación que logra hacer prisionero a su atacante. Aunque fue nominada a tres premios Emmy y seis Globos de Oro, jamás ganó.
De hecho, su cabello definió una época, y aún en los momentos más duros que le ocasionó la enfermedad por la que falleció (cáncer al colon), a los 62 años, su hermosura nunca dejó de resaltar.
La actriz estuvo casada con el también actor Lee Majors, entre 1973 y 1982. Por ello, en algunos créditos de televisión aparecía como Farrah Fawcett Majors.
Desde 1982 hasta sus últimos días vivió con Ryan O’Neal, con quien tuvo un hijo. Sin embargo, nunca se llegó a concretar un matrimonio entre ambos pues la muerte de Farrah frustró los intentos de O’Neal.
Hace una semana, a punto de cumplirse este segundo aniversario de la partida de Farrah, un todavía consternado O’Neal reveló que se sentía culpable por el fallecimiento de su pareja. Según confesó, si Fawcett “no lo hubiera conocido, ni a sus hijos, seguiría con vida”.
Ryan aludió a la mala relación que la artista tenía con los hijos de este, en especial, dijo, con su hija Tatum.