En los estudios y mediciones, publicados ayer, de la nasa, sin cuestionar su precisión, observamos una falta de datos y acontecimientos determinantes
en el entendimiento de su crecida bastante pronunciada, dañina y amenazante.
Citar dos afluentes, como provocadores fundamentales de la gran crecida, sin tomar en cuenta, otros tantos causantes y sin mencionar al Yaque del Sur y los desfogues de las presas de San Juan de la Maguana, es emitir información incompleta, y con imprecisión elevada.
Solamente, con citar la Presa de Sabaneta, que en su cota máxima, acumula
64, 777, 359 metros cúbicos de agua, que son un equivalente, a aproximadamente doscientos mil millones de galones americanos. Para que se hagan una idea, amigos (as.) lectores (as.).
Dejar de citar, los aportes permanentes de afluentes como Las Barías, Las Marías, Las Damas, El Manguito, Panzo, etcétera, es desconocimiento de la realidad e historia reciente del Lago Enriquillo, y un proceso vertiginoso de crecimiento, que es potenciado con las riadas del Yaque de Sur y los defeques de las Presas,
de Sabaneta y Sabana Yegua, que para citar un solo ejemplo, en el defogue que se hizo en noviembre pasado, al paso del Ciclón Thómas, el Enriquillo subió un metro en su nivel.
En los momentos actuales, por la liberación de agua de dichas presas, hay denuncias de agrietamiento de nuevo Dique Trujillo, que más que vicio de construcción, entendemos que lo hay, en el diseño.