Clérigos islámicos llaman a la Guerra Santa contra Gadafi.
Francia envió ayer tres aviones Airbus para repatriar a una porción importante de los 750 franceses que residen en Libia. Alemania, Portugal, Grecia y Holanda tomaron iniciativas semejantes ante una situación que la presidenta de la Federación Internacional de Derechos Humanos, FIDH, Souhayr Belhassen, definió al diario Le Monde en estos términos: “Estamos en plena locura. Khadafi está en las últimas, pero no toma conciencia de ello. Está completamente fuera de la realidad. Todo indica que está utilizando su última carta. Khadafi emplea la técnica de la tierra quemada, lo que da la impresión de que está dispuesto a arrastrar a su pueblo en la caída”. Las compañías petroleras de Italia, Eni; de Francia, Total; de Gran Bretaña, BP; de No-ruega, Statoil; de Alemania, Wintershall y RWE Dea, así como el grupo aeronáutico y de defensa italiano, Finmeccanica, y el gigante alemán de la industria, Siemens, procedieron igualmente a la evacuación de su personal presente en Libia. Los que más problemas encuentran para recuperar a sus ciudadanos del caos y la violencia son Túnez, Turquía y sobre todo Egipto, país fronterizo con Libia donde reside y trabaja un millón y medio de egipcios.
Los peores rumores y análisis circulaban anoche en Europa acerca de la dimensión de la represión que se abatió sobre la sociedad. Souhayr Belhassen adelantó a Le Monde que “en algunas ciudades del país, exceptuando Trípoli y Syrte, el ejército regular se unió a los manifestantes”. Según la presidente de la FIDH, algunas familias “me hablaron de ‘ciudades abiertas’. Están libradas a sí mismas”. Mucho más dramático es el testimonio que Nouri el-Mismari ofreció al diario Libération. Nouri el-Mismari, que está actualmente en Francia, fue durante 30 años el jefe de protocolo de Khadafi. Según relata al diario, El- Mismari asegura que “a cada hora, a cada momento, hay una matanza. En cada rincón hay combates y están bombardeando los barrios a ciegas con la aviación”. El ex jefe de protocolo de Khadafi agrega que hay “más de 400 muertos” y que “está ocurriendo un genocidio de masas”. Las informaciones de esta fuente coinciden con las que suministran los organismos europeos de defensa de los derechos humanos. Nouri el-Mismari evoca la presencia de los mercenarios, una intervención confirmada por Souhayr Belhassen: “Los mercenarios siempre existieron en Libia, pero su número se intensificó en estos últimos días. Como el ejército decidió ponerse fuera de juego y no seguir a Khadafi, éste recurre a los mercenarios para reprimir a los manifestantes”.
Muchos analistas occidentales consideran que el líder libio, que llegó al poder a los 27 años y se fabricó una imagen de “hombre fuerte del antiimperialismo”, se está suicidando con tal de no ceder. Hasni Abidi, director del Centro de estudios e investigación sobre el mundo árabe y mediterráneo (Cerman, con sede en Ginebra), compara a Libia con Corea del Norte. Hasni Abidi explica que, “con petróleo y sin armas nucleares, Libia es la Corea del Norte del mundo árabe”. Al igual que el régimen norcoreano, Libia es, según Abidi, un país donde “todos los poderes están concentrados en un solo hombre y entre aquellos que se llaman ‘los hombres de la carpa’. La carpa es la sede desde donde Khadafi gobierna desde el ataque norteamericano contra el palacio presidencial”. Al igual que otros analistas, Hasni Abidi destaca que las presiones internacionales no tienen ningún efecto sobre el poder de Khadafi: “En el plano internacional, Libia no tiene que rendirle cuentas a nadie. Es un aliado de la Unión Europea en términos de inmigración, petróleo y gas. Libia es un mercado con porvenir. Los europeos van a dudar en tomar cualquier decisión contra un régimen que podría cerrarles la puerta”.
Los libios se las verán a solas con su déspota asesino y los ocho hijos del coronel. Casi todos ocupan cargos altos. Saïf Al-Islam apareció hasta anteayer como un reformista moderado. Sin embargo, en el discurso que pronunció en la televisión esgrimió la amenaza que luego su padre llevó a la práctica: aplastar la revuelta a sangre y fuego. Su cuarto hijo, Mutassim Billah Khadafi, representa a la vez la apertura hacia Occidente y la represión. Mutassim oficia de interlocutor de los occidentales que visitan Libia y al mismo tiempo tiene un puesto de consejero para los asuntos de seguridad. Su nombre evoca pánico entre la población. Al-Saadi Khadafi, un ex jugador de fútbol profesional que contrató a Carlos Bilardo como entrenador de la selección libia de fútbol en el año 2000, fue el encargado de reprimir las revueltas que estallaron en la ciudad de Benghazi. Kharmis Khadafi es un oficial al frente de una brigada especial encargada de la seguridad de su padre. Mohamed Khadafi tiene un puesto aún más clave: dirige la red de telecomunicaciones libias y ha sido sin dudas quien dejó al país separado del mundo.
Una de las mayores autoridades musulmanas proclama otra ’fatwa’
Yussef Al Karadaui, que preside la Unión Internacional de Ulemas, es decir, de doctores de la ley mahometana, y es una de las máximas autoridades del mundo musulmán, ha lanzado una fatwa sobre el dirigente libio Muamar el Gadafi. El clérigo, que fue condescendiente con el dictador egipcio Hosni Mubarak, ha llamado a matar a Gadafi.
Yussef Al Karadaui, una de las máximas autoridades del mundo musulmán, ha pronunciado una fatwa este lunes: “Cualquiera que pueda ejecutar a Gadafi, que lo haga”. Al Karadaui es un teólogo egipcio que preside la Unión Internacional de Ulemas suníes y chiíes, y sus prédicas semanales son seguidas por más de 40 millones de fieles en todo el mundo islámico. El clérigo, que considera al coronel libio como una amenaza para el Islam, para su pueblo y para todos los creyentes del Libro, ha llamado directamente a los militares libios a desobedecer las órdenes de matar a civiles y a pasarse a la causa del pueblo.
La última vez que se vio al alim Al Karadaui fue en la plaza Tahrir de El Cairo. Presidio un rezo colectivo de dos millones de fieles, que conmemoraban a los martines de la revolución el 18 de febrero pasado. En esa ocasión, Yussef Al Karadaui llamo a los musulmanes a ser pacientes y apoyar el esfuerzo que están haciendo las Fuerzas Armadas egipcias para levantar el país tras 30 años de dictadura de Hosni Mubarak.
En cambio, esta vez el teólogo ha lanzado su condena contra el coronel Gadafi, llamando a matarle. La organización de ulemas que preside, fue fundada en Londres en 2004 y reúne en su seno a los más prestigiosos estudiosos del Corán y de la Sunna del mundo islámico, tanto suníes como chiíes. Si con Mubarak, Karadaui fue clemente pidiéndole que “si queda un átomo de misericordia en tu corazón, abandona el Poder”; con Gadafi, ha sido justiciero. En directo, en la cadena de televisión Al Yazira, el octogenario clérigo alzó las manos al cielo y recitó durante diez minutos diferentes suras del Corán, pidiendo a Dios que ayude a los revolucionarios libios para hacer temblar la tierra bajo los pies del dictador Muamar Gadafi, a cuyos partidarios calificó de “mercenarios”. Al Karadaui concluyó lanzando una fatwa pidiendo que “quien pueda, tiene el deber de ejecutar a Gadafi”
Berlusconi advierte de que en Libia puede vencer el fundamentalismo islámico
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, advirtió hoy de la posibilidad de que en Libia termine imponiéndose el "fundamentalismo islámico" tras las revueltas populares y reiteró su rechazo a la violencia que se registra en el país norteafricano.
"Tenemos que poner atención en que no se produzca una violencia injustificada y una deriva hacia una dirección peligrosa que adopte un dogmatismo antioccidental en la forma de un fundamentalismo islámico", afirmó Berlusconi en un congreso en Roma sobre el estado de la capital italiana.
"Tomamos nota con gran placer que el viento democrático se ha despertado sobre todo por los jóvenes que quieren ser libres. Armados con Internet y su valentía han iniciado una agitación" popular, añadió el mandatario, en una comparecencia retransmitida en directo por televisión.
Berlusconi explicó además que durante "toda la noche" su Gobierno ha estado en contacto con "los líderes europeos y americanos" para hacer el seguimiento de la situación en Libia y en otros países del norte de África.
"Lo que es importante es que no haya violencia, pero tenemos también que estar atentos a lo que sucederá después, cuando cambiarán estos regímenes con los que negociamos y que son para nosotros importantes para el suministro de energía", comentó.
El jefe del Gobierno italiano mantuvo ayer por la tarde una conversación telefónica con el líder libio Muamar al Gadafi, a quien, según el ministro de Exteriores de Italia, Franco Frattini, pidió la "suspensión inmediata de la violencia" en Libia.
Berlusconi "le pidió la suspensión inmediata de la violencia, pero la respuesta ha sido la repetición del análisis que ya había sido pronunciado en televisión", dijo Frattini este mismo miércoles, en una comparecencia ante el pleno de la Cámara de los Diputados retransmitida en directo por televisión