La acupuntura china es una terapia milenaria que aún genera opiniones encontradas. Esta práctica cuenta con el aval de la OMS y la Unesco.
TRADICIÓN ORIENTAL. La acupuntura se inició en China hace unos tres mil años. Consiste en la inserción y manipulación de agujas muy finas, las cuales se colocan en puntos clave del cuerpo.
“Sirve para restaurar el equilibrio energético del cuerpo y, de esta forma, tratar diferentes enfermedades”, señala Segundo Armas, médico y presidente de la Asociación Peruana de Medicina Alternativa y Complementaria (SPEMAC).
¿DUELE? Las agujas que se insertan a través de la piel poseen un calibre similar al de un cabello. Duele, sí, un poquito. Pero es tolerable. “Lo importante es que el especialista esté debidamente capacitado y acreditado. De otro modo, se puede obtener respuestas no esperadas, como la estimulación no deseada de un nervio, por ejemplo”, apunta Armas.
Una correcta praxis tiene efectos positivos y hasta sorprendentes en algunos casos. “Durante una visita del presidente Nixon a China, uno de sus asesores presentó un cuadro de apendicitis. Los médicos chinos usaron acupuntura como anestesia”, cuenta el especialista.
BENEFICIOS. La acupuntura se emplea como tratamiento de diversos males. Según Armas, está probado que la acupuntura tiene efectos positivos en casos de artrosis, dolores lumbares y cervicales, rinitis alérgica, depresión, estrés, ansiedad, migraña, cefalea, hipertensión, dolor posoperatorio, cólicos renales, gastritis, estreñimiento, colon irritable, entre muchas otras.
Un detalle importante a tener en cuenta es la predisposición del individuo, pues es común que se recurra a este método después de haber intentado todo en la medicina convencional. Es decir, como última instancia. El paciente debe ser consciente de que la acupuntura no es precisamente una cura mágica e instantánea, sino un tratamiento serio que demanda tiempo y compromiso.
RESTRICCIONES. No se recomienda para mujeres gestantes. Tampoco para quienes presentan infecciones en la piel.
