Los problemas para los Dodgers de Los Ángeles se acumulan dentro y fuera del campo y el último ha sido la demanda de la familia del aficionado de los Gigantes de San Francisco que resultó golpeado brutalmente en el estadio Dodger.
El dueño de los Dodgers, Frank McCourt, fue acusado en la demanda de manera directa como el responsable de haber decidido recortes en gastos de seguridad que contribuyeron al ataque.
La demanda presentada en la Corte Superior de Los Ángeles en nombre de la víctima, Bryan Stow, aseguró que los Dodgers cometieron una negligencia al no destinar más efectivos de seguridad y no tener un alumbrado adecuado en el estacionamiento donde ocurrió el ataque el 31 de marzo.
La documentación judicial destaca que la combinación de ambos elementos fueron los que dieron la oportunidad perfecta para cometer una serie de crímenes, en el que se vio afectado Stow, de 42 años, que permanece en condición delicada pero estable y sedado para evitar apoplejías causadas por el daño cerebral que sufrió en el ataque.
El pasado fin de semana, la policía arrestó a Giovanni Ramírez, de 31 años, pero todavía no levanta cargos en su contra. No ha identificado a un segundo agresor y a una mujer sospechosa de manejar el automóvil en que los dos hombres dejaron el lugar.
El jefe de la policía Charlie Beck declaró que Ramírez era el principal agresor.
La demanda es un nuevo problema para McCourt, a quien Grandes Ligas quitó la administración de su equipo, mientras su ex esposa le pidió al juez de su juicio de divorcio que ordene vender a los Dodgers.
Directivos de la liga también han dicho que no creen que McCourt tenga suficiente dinero para pagar los salarios a finales de este mes.
